¿Por
qué es fundamental el tránsito de Primaria a Secundaria
para el rendimiento académico de nuestros hijos y los
cimientos de su adolescencia?
¿Cómo
el niño "obediente" de ayer se ha convertido en
el "rebelde" de hoy?.
¿Qué
cambios están viviendo los jóvenes entre los 11 y los
12-13 años?.
¿Es
muy joven mi hijo/a para ir al instituto?.
¿A
qué nuevas exigencias se va a enfrentar?.
¿Es
normal que sus notas en la 1ª Evaluación sean peores que
las obtenidas cuando cursaba 6º de Educación Primaria?
¿Cuál
es el papel real de las "compañías"?.
¿Cómo
reaccionamos ante todo esto como padres?
¿Cómo
sería conveniente reaccionar?
Estas
preguntas y muchas más son las que habitualmente se hacen
los padres y las madres en los momentos cruciales de
tránsito desde la finalización de la etapa educativa de
Primaria y su incorporación a la nueva etapa de Secundaria.
La
entrada de los alumnos en las aulas de Enseñanza
Secundaria, muchas veces unida a un cambio físico de centro
educativo, se corresponde a una etapa apasionante para el
que acaba de estrenar su adolescencia y sumamente delicada
para padres y profesores.
La
resolución favorable de los múltiples conflictos internos
y externos a los que nuestros hijos y alumnos se van a
enfrentar, va a ser una condición indispensable para su
felicidad como persona adulta.
En
este contexto la presente ponencia intenta abordar los
siguientes objetivos:
1.
Analizar los cambios personales y exigencias sociales y de
corte académico a las que los/las adolescentes se ven
abocados a responder. Así como las reacciones más
habituales de padres y profesores y las diferentes
consecuencias que pueden tener las variadas formas de
actuación de los mismos.
2.
Ofrecer pautas claras, concretas y prácticas sobre la
forma de enfocar la educación de los adolescentes en el
momento educativo sujeto de nuestro análisis, desde el
ámbito familiar.
3.
Servir de guía para descubrir a nuestros hijos en esta
etapa nueva en su vida.