LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA
Autoestima y Autoconcepto son dos
términos que nos ayudan a entender lo que siente
el niño.
- El AUTOCONCEPTO se refiere a la
percepción que una persona tiene de sí misma. Es
nuestra propia descripción.
- La AUTOESTIMA hace referencia al
valor que concedemos a esa imagen de nosotros
mismos, en otras palabras, el cariño que nos
tenemos por ser como somos.
La
autoestima es uno de los aspectos más
importantes en el desarrollo del niño. Un niño
que no se quiere a sí mismo, que se ve como
alguien que no merece el afecto de los demás o
que se siente un ser inútil, difícilmente podrá
lograr un nivel de desarrollo adecuado en
cualquier faceta de su vida. Sin confianza en
uno mismo, sin la sensación de quererse y de ser
querido, nadie es capaz de disfrutar de la vida.
El papel del padre y de la madre van a ser
esenciales en ese proceso de maduración de la
autoestima.
LA
INDEPENDENCIA: ¡QUÉ RÁPIDO CRECE!
Muchos padres manifiestan cierto miedo y/o
tristeza al ver crecer a sus hijos. La relación
que mantenemos con ellos va cambiando y es
normal que sintamos predilección por alguno de
los momentos evolutivos con los que nos vamos
encontrando.
Todo esto es completamente normal. Ahora bien,
carece de sentido que intentemos obstaculizar el
desarrollo de nuestro hijo privándole de la
independencia que necesita. Sobreprotegerle para
que siempre dependa de nosotros no favorece una
mejor relación con él, aparte de ser perjudicial
tanto para tu hijo como para ti.
FACTORES DETERMINANTES DE LA AUTOESTIMA
Según va creciendo, tu hijo sabe que puede
actuar sobre el medio que le rodea, y cada vez
surgen a su alrededor más actividades en las que
poner a prueba su inteligencia, su memoria, sus
habilidades...
¿Y cómo sabe el niño que ha hecho las cosas
bien?
Pues entre otras cosas porque tú y otras
personas significativas se lo hacéis ver así. La
autoestima, el valor que el niño se da a sí
mismo, va a depender entonces de:
Los comentarios, actitudes y sentimientos que
los padres le transmiten. Sabes el papel
fundamental que juegas en la autoestima de tu
hijo, en cómo se siente y se relaciona con los
demás. Si confías en él, si le haces ver sus
progresos, si le apoyas en las dificultades, si
le ayudas a limar defectos... entonces su
autoestima será alta y se sentirá seguro y
confiado.
Las posibilidades de efectuar con éxito las
actividades que realiza. Tu hijo necesita
comprobar por sí mismo que es capaz de hacer
ciertas cosas, y para ello precisa acción. En
este sentido, no cabe protegerle por miedo a que
se haga daño, se caiga o se haga mal. Aprenderá
a realizar muchas actividades si se lo permites.
Pero si no hace nada, nunca tendrá la
oportunidad de comprobar por sí mismo que lo
puede hacer o mejorar.
Muchas veces nos precipitamos al juzgar de
antemano la habilidad de nuestros hijos. Suelen
ser frecuentes comentarios como los siguientes:
"eso es muy difícil para ti"
"mejor ni lo intentes, ya ves lo que te pasó el
otro día"
¿Qué conseguimos con ello? La principal
consecuencia es que limitamos las posibilidades
de acción de nuestros hijos. Al decirle que no
puede hacerlo, que nunca lo hará bien, que no
merece ni siquiera la pena que lo intente,
obstaculizamos que pueda desarrollarse en una
faceta determinada.
La forma en que interpreta sus éxitos y sus
fracasos. Imagínate que le quitas importancia al
esfuerzo que tu hijo está realizando para
aprender a escribir su nombre de forma correcta
después de un par de ensayos. Le estás enseñando
a hacer una interpretación inadecuada de lo que
es capaz de hacer. Para un niño muchas de las
actividades a las que se enfrenta por primera
vez son difíciles, aunque a nosotros no nos lo
parezca, por lo tanto no hay que adornar con
frases como “venga, que es muy fácil” o “no pasa
nada, era muy difícil”. Hay que ir más allá y
hacer entender al niño que hay cosas sencillas y
complejas y que depende de cada persona, del
esfuerzo que se invierte, de la motivación por
lograrlo… pero sobre todo será muy importante
que entienda la idea de que los fracasos o los
errores son oportunidades para aprender.
Los comentarios y actitudes de sus profesores
hacia él y lo que hace. La primera imagen que tu
hijo tiene de sí mismo es la que le has
proporcionado en el ambiente familiar.
Paulatinamente se va ampliando el círculo de
relaciones que tu hijo mantiene con otras
personas. Con la incorporación a la escuela, el
profesor empieza a cobrar un papel relevante.
Este profesional se convierte en eje de
referencia importante para tu hijo y va a
colaborar contigo en el fortalecimiento de la
autoestima. La visión que de él tiene el
profesor puede ayudarle a reforzar la que ya
había adquirido e irla transformando.
Las relaciones que mantiene con otras personas
significativas. Poco a poco, los compañeros van
a ocupar un lugar privilegiado en la vida de tu
hijo. Al principio su influencia es mínima, pero
progresivamente a medida que tu hijo empiece a
compararse con los demás (en torno a los 8 años)
será mayor. Entonces empezará a valorarse no
sólo por lo que él puede hacer, sino comprobando
si lo hace mejor o pero que los otros.
Los abuelos, cuidadores, familiares, amigos de
los padres... también constituyen puntos de
referencia importantes para tu hijo y pueden
contribuir a un desarrollo adecuado de su
autoestima.
ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA FAVORECER LA
AUTOESTIMA DE TU HIJO…
• Empieza a aceptar a tu hijo tal y como es.
Tiene unas cualidades y unos defectos, como todo
ser humano. Y sobre todo tiene ante sí un montón
de posibilidades que tú puedes ayudar a
potenciar.
• La aceptación implica que no hay
comparaciones. Toda comparación es odiosa,
entonces, ¿para qué utilizarla? Tu hijo es un
ser único e irrepetible y posiblemente habrá
niños que vayan mejor en lectura o en cálculo,
pero eso no les convierte en seres más valiosos.
A tu hijo no le beneficia en absoluto que le
compares continuamente con los demás.
Posiblemente su autoestima no mejore. Es cierto
que se nos pueden escapar sin ninguna mala
intención, pero utilizarla con demasiada
frecuencia no conduce a nada.
• Haz cumplidos realistas. Estás educando a tu
hijo, y cuando hace algo que no es adecuado, hay
que hacérselo ver. En otras palabras, no hay que
felicitarle por todo. Tu hijo tiene que confiar
en ti, y si tú no le corriges, si consideras que
todo lo hace bien y exageras los elogios,
perderán ese efecto positivo que le ayuda a
crecer.
• Demuestra a tu hijo que tienes interés por lo
que es y por lo que hace. Eso le permitirá
aprender a valorar su vida. Tu hijo necesita
saber que es alguien valioso y tú eres quien
mejor puede proporcionarle este sentimiento.
• Exígele hasta donde pueda llegar, respetando
su ritmo y sin pedirle más de lo que es capaz de
hacer. Tampoco caigas en el extremo contrario:
protegerle demasiado no le ayudará a descubrir
sus potencialidades
• Sé cariñoso/a. Desde el verdadero cariño se
dicen bien todas las cosas.