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en el IES Sierra de Guara de Huesca
Charla-
Debate "Pruebas Extraordinarias"
Ante
las informaciones aparecidas en diversos medios de
comunicación acerca de la polémica en torno a la fecha en
la que se habrían de celebrar las pruebas extraordinarias
de recuperación en Educación
Secundaria Obligatoria, la Federación de Asociaciones de
Padres de Alumnos de Aragón (FAPAR), considera
necesario realizar las siguientes manifestaciones:
En
primer lugar,
desde FAPAR hemos reiterado nuestra oposición a la
implantación de pruebas extraordinarias de recuperación
establecidas por la Ley de Calidad, desde el momento en que
consideramos necesaria una apuesta decidida por la evaluación
continua del alumnado como mecanismo de valoración del
rendimiento más objetivo, igualitario y equilibrado
posible. Por ello, la mera imposición de estas pruebas, sea
cual sea su fecha de celebración constituye un mal camino
en la línea de seguir promoviendo la evaluación continua.
En
cualquier caso, la celebración de la prueba en el mes de
septiembre quebraría el concepto de evaluación continua al
suponer una brecha excesiva en la evolución académica del
alumno.
En
segundo lugar, la prueba extraordinaria de recuperación ha sido impuesta por el
Gobierno Central a las CCAA, para este curso, una vez
aprobado ya el calendario del mismo, por lo que constituye
un serio trastorno de toda la planificación escolar del
curso. De este modo, la implantación de la prueba en
septiembre conllevaría un retraso inaceptable del inicio
del curso que viene.
En
tercer lugar, desde FAPAR hemos apostado por la celebración de la prueba en el mes de
junio, entendiendo que su traslado a septiembre conllevaría
situaciones de desigualdad entre los alumnos cuyas familias
podrían contratar academias y profesores particulares con
los que preparar las materias a recuperar y aquellos cuyas
familias no dispusieran de los recursos suficientes para
poder ofrecer estas ayudas complementarias a sus hijos.
En
cuarto lugar, desde FAPAR detectamos una excesiva simplificación en los argumentos
esgrimidos en contra de la celebración de la prueba en
junio. Así, consideramos absurdo, afirmar que no existe
tiempo suficiente para la preparación de la prueba. Si
hacemos caso a las palabras de los representantes
sindicales, serían necesarios de 20 a 30 días para la
preparación del examen. Pues bien, si la evaluación de fin
de curso se celebrara en los primeros días del mes de
junio, la celebración de la prueba se podría dar en torno
al 30 de junio, es decir, más de 20 días después de la
evaluación, tiempo que los representantes sindicales
consideran suficiente. Del mismo modo, cabría preguntarse
cuál sería el problema pedagógico para que la prueba se
celebrase en los primeros días de julio.
En quinto lugar, conviene recordar que estamos hablando de un
periodo de educación obligatoria que incluye a alumnos de
entre 12 y 13 años. De este modo existen numerosos
argumentos de tipo pedagógico que expresan la dificultad de
que alumnos tan jóvenes puedan asumir una disciplina de
estudio fuera de los centros y más en un periodo vacacional
como es el verano, donde las condiciones climáticas no
resultan las más apropiadas para un estudio eficaz.
En
resumen,
desde FAPAR queremos ratificar nuestra apuesta por la
celebración de la prueba extraordinaria en junio (o julio),
desde el convencimiento de que se trata de la opción menos
negativa para el alumnado, que garantiza de modo más eficaz
la igualdad de oportunidades de todos y cada uno de los
alumnos y sus familias con independencia de sus recursos, y
que ofrece una mejor evaluación del esfuerzo de cada uno de
los alumnos desde las perspectiva de la evaluación
continua. Por ello queremos realizar un llamamiento a la
generosidad de los sectores implicados, en un año de
excepcionalidad provocado por la premura en aplicar la LOCE,
a favor, no de interese corporativos, sino de los intereses
de los alumnos que deberían ser la prioridad absoluta en
estos asuntos.
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