Las
entidades que firmamos esta declaración creemos que la
nueva Ley Orgánica de
Calidad de la Educación (LOCE) supone un retroceso para nuestro
Sistema Educativo. El incremento de los conciertos con la
enseñanza privada y una mayor segregación escolar
profundizarán la desigualdad social y el deterioro de la
escuela pública.
La
LOCE atenta, entre otros, contra principios tales como la
igualdad de oportunidades, la participación y el control
social de la educación. Actúa en contra del libre
pensamiento y de la libertad de conciencia. Además de que
pone en grave peligro los avances hacia la coeducación.
En
efecto, una de las medidas que contempla la LOCE, plegándose
a los ansiados anhelos de la Conferencia Episcopal, es
extender la doctrina y enseñanzas religiosas a todo el
alumnado a través de las dos opciones (tanto la
confesional, como la no confesional)
Queremos
que la religión
salga de la escuela pública: Las creencias religiosas
forman parte del ámbito
de lo privado y, por lo tanto, la enseñanza de las
religiones deben de quedar al margen de la enseñanza
obligatoria y fuera del currículo escolar. La escuela, hoy
más que nunca, debe ser un espacio público, donde el
adoctrinamiento religioso o ideológico
quede fuera de sus puertas.
Por
ello, abogamos por un
modelo de Escuela Laica, que eduque sin dogmas, en
valores humanistas y universales, en la pluralidad y en el
respeto a los derechos humanos, en la asunción de la
diferencia y de la diversidad y en los valores éticos, no
sexistas y democráticos. Queremos una escuela en donde se
sientan cómodos, tanto no creyentes, como creyentes de las
diversas religiones o creencias.
Diversas
organizaciones hemos interpuesto recursos ante los
tribunales, con el fin último de conseguir la declaración
de inconstitucionalidad
y la suspensión de la obligación de estudiar y evaluar la
religión. Asimismo, hemos iniciado una campaña a favor de
una escuela laica.
La
sociedad demanda una secularización más intensa de la vida
pública y no regresar al Estado confesional católico, ni
propiciar la aparición de otros
fundamentalismos religiosos. Los poderes públicos no
pueden seguir parapetándose en unos Acuerdos pactados con
el Vaticano, antes de aprobarse la Constitución, con la
intención de anular la libertad de conciencia de ciudadanos
y ciudadanas.
Exigimos
la derogación de los Acuerdos con el Vaticano
Exigimos
que la religión salga fuera del currículo escolar, ya que
las creencias religiosas y no religiosas forman parte del ámbito
de lo privado
Exigimos
que con dinero público no se pague el adoctrinamiento
religioso
SÍ
a una enseñanza científica y humanística, que propicie
una educación para la interculturalidad, que defienda la
libertad de pensamiento y de conciencia y que eduque en
valores democráticos y en la tolerancia
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