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Padres y Madres de Alumn@s de Aragón. Juan de Lanuza

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   FAPAR ante la Reforma de la Ley de Calidad

 

Miércoles, 13 de octubre de 2004.  Zaragoza

Artículo de Teresa Paniello (Presidenta de FAPAR) sobre la reforma de la Ley de Calidad de la Educación. Publicado en Heraldo de Aragón.

Hace aproximadamente dos años las familias a quienes representa FAPAR mostraban masivamente su rechazo a la impuesta Ley de Calidad, a través de una huelga secundada en Aragón por el ochenta por ciento de sus hijos e hijas, al considerar que atentaba contra principios que son señas de identidad de la Escuela Pública, la pluralidad y la integración. Hoy estamos de enhorabuena, la participación que nos negaron se nos ofrece ahora a través de un debate social, la comunidad educativa puede expresar su opinión sobre el modelo educativo que necesitan nuestros hijos, y este debate va a salir del recinto escolar, abriéndose a toda la sociedad, porque al fin y al cabo, la escuela es un instrumento del Estado para formar a sus ciudadanos y compensar las desigualdades sociales.
El documento que nos presenta el MEC abre un tiempo de esperanza y optimismo para nuestra escuela. Pero debemos tener claro que tras el debate debe surgir un pacto social que garantice la estabilidad del sistema a la vez que permita estar atento a los cambios sociales que se producen cada vez de forma más rápida. Y al mismo tiempo debemos ser ambiciosos, no podemos contentarnos con un pacto “a la baja”, pues ello no daría respuesta a los retos que tiene planteada la educación de hoy ni a las expectativas que tiene depositadas la sociedad.
Para quienes entendemos la educación como un elemento compensador de desigualdades, como un servicio público sin exclusiones, donde la escuela sea un lugar en el que nuestros hijos e hijas adquieran no sólo conocimientos, sino también valores, comportamientos acordes con la condición de ciudadanos, miembros activos de una sociedad plural y democrática, este documento es un buen comienzo, y aunque creamos que algunas de las medidas propuestas son mejorables y encontramos tibiezas en otras en las que nos gustaría ver reflejado un mayor compromiso, participamos de la filosofía que impregna el documento de ofrecer oportunidades a todos los alumnos y especialmente a aquéllos que parten con desventajas.
Nos parece que la educación del futuro inmediato, que para nosotros es ya presente, tiene planteados algunos retos muy importantes, que podrían resumirse en la obtención para nuestros hijos de la mejor formación, comprensiva no sólo de conocimientos, sino también de valores. Creemos que podemos conseguirlo si se implica no sólo la comunidad educativa sino toda la sociedad, a través de un esfuerzo colectivo de las Administraciones, de los profesores, de las familias y de los propios alumnos. Y en la búsqueda de este objetivo creemos que no debemos cargar de asignaturas a los alumnos porque los niños deben aprender a gestionar la información de manera que genere conocimiento a partir de amplias áreas y no de excesivas parcelaciones. Creemos que su desarrollo debe llevar un ritmo uniforme y no estar sujetos a bruscos saltos impuestos por las diferentes etapas que marca el sistema educativo. Nos congratulamos también del compromiso expresado en este documento de reforzar la educación en valores con una nueva asignatura llamada educación para la ciudadanía que debe ser un instrumento para transmitir a todos los alumnos sin excepción los valores que nos son comunes a todos los ciudadanos y que se recogen en la Constitución.
Defendemos una escuela laica, donde sean referente los valores éticos universales como la justicia, la libertad, la tolerancia, la paz y la solidaridad. Pero considerando que las creencias religiosas pertenecen al ámbito de lo privado, hoy nos preocupa especialmente la conciliación de los derechos de todas las familias, las que desean para sus hijos formación religiosa y de aquellas otras que no desean tal formación dentro de la escuela y que hasta ahora no han sido atendidas adecuadamente.
Tenemos la oportunidad de contribuir a definir el modelo de escuela y sociedad que deseamos para nuestros hijos. Si queremos para ellos una sociedad más justa y participativa, la escuela debe trasmitir esos valores. Nosotros debemos contribuir participando en este debate en el que tenemos puestas muchas esperanzas
 

           

 

Última actualización de la página: 26/08/10

 

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