NOTA SOBRE EL MODELO DE
JORNADA EN INFANTIL Y PRIMARIA
FAPAR
considera que el modelo de jornada partida para Infantil y
Primaria es el más idóneo para los escolares, puesto que
es el que mejor garantiza, el éxito
de su formación integral.
Al
concluir cada curso escolar nos encontramos con voces que
reivindican el cambio del modelo de jornada, para nuestros
centros escolares de Infantil y Primaria.
Como
representantes de las familias de la Escuela Pública de
esta Comunidad, desde FAPAR
siempre hemos defendido que la jornada escolar de
nuestros hijos e hijas debía ser partida, en sesiones de mañana
y tarde, porque entendemos que es la que mejor se ajusta a
las necesidades del alumnado.
Nuestra
postura es fruto del amplísimo debate que en los últimos años
se ha venido produciendo entre todos los miembros de la
Comunidad Escolar. Como ya puso de manifiesto el propio
Consejo Escolar de Aragón, máximo órgano consultivo
en el que están representados todos los sectores
educativos.
Además
desde nuestra Federación entendemos que el modelo de
jornada ha de ser igual para todos los centros por razones
tan elementales como la necesidad de preservar la igualdad
de condiciones para todos; no se podría entender que dos
centros próximos ofreciesen modelos diferentes, que
dificultarían los procesos de escolarización, descompensarían
las condiciones sociales del entorno y crearían
desigualdades insalvables. Por tanto, no es un tema que
pueda dejarse a la libre interpretación de la autonomía de
los centros, pues tiene que ser la Administración Educativa
quien garantice y vele por esa igualdad de todos.
Así
mismo, entendemos que deben dejarse al margen las
reivindicaciones laborales que afectan exclusivamente a una
parte de la comunidad escolar, al profesorado, y que no
deben ser prioritarias, máxime cuando la principal
preocupación debería ir orientada a lograr el mayor éxito
escolar de nuestros hijos e hijas.
En
lo referente al Calendario Escolar, comentar que desde FAPAR
siempre hemos abogado por que sea equilibrado y con una
distribución de trimestres lo más racional posible. Pero
no podemos obviar que en nuestro país hay unas festividades
que condicionan y marcan el mismo. En algunos casos esas festividades suman periodos vacacionales de días importantes
que afectan a toda la sociedad, por tanto también
a las familias y que intentar aumentar los días de
vacaciones al margen de dichas festividades, agravaría el
problema de la conciliación de la vida familiar y laboral,
además de descompensar el número de días lectivos de
nuestro sistema educativo con respecto al entorno europeo.
Finalmente
comentar, que no nos parece oportuno ni conveniente seguir
insistiendo en este asunto, ya que con
estas posturas lo único que se consigue es generar
malestar entre los diferentes sectores y dividir a la
comunidad escolar de los propios centros. Máxime en este
momento en el que en nuestra Comunidad vamos a iniciar un
periodo de reflexión sobre el modelo educativo que queremos
para nuestros hijos, a través de la Ley de Educación de
Aragón, en la que el calendario y el modelo de jornada
escolar tienen que ser instrumentos al servicio de la
planificación educativa, que tiene que tener como meta
final el éxito escolar de su alumnado.
INFORMACIÓN
COMPLEMENTARIA
La forma y manera en la que se
articulan los tiempos escolares y, de forma especial, la
controversia existente entre la Jornada Continuada y
Partida, ha sido y es, uno de los principales asuntos
abordados por FAPAR en los últimos tiempos. En ese sentido,
se celebraron en Zaragoza
unas Jornadas sobre esta cuestión, en las que se abordaron
las razones pedagógicas y de funcionalidad que llevan a
sostener una u otra cuestión. Dichas Jornadas contaron con
la presencia de un centenar de padres y madres y con la
participación de expertos que trataron la cuestión desde
diferentes ópticas tanto psicológicas, pedagógicas como
de salud.
Entrando en la cuestión, la tendencia generalizada
en los últimos tiempos está siendo la de ir hacia la
jornada comprimida como consecuencia únicamente de las
reivindicaciones laborales del profesorado. Sin embargo,
desde esta Federación, hemos venido defendiendo, la jornada
partida como mejor instrumento pedagógico y como mejor
respuesta a las necesidades sociales y familiares de la
sociedad actual.
Desde un punto de vista pedagógico,
desde FAPAR hemos constatado la necesidad de personalizar en
la medida de lo posible los tiempos de aprendizaje, pudiendo
jugar con espacios
de descanso, de distensión o de intensidad en la impartición
de las materias, a efectos de una mayor
comprensión por los alumnos. Ello lógicamente
precisa, como afirma el profesor Fernández Enguita (Catedrático
de Sociología de la Universidad de Salamanca) ampliar los
tiempos escolares, tanto en cuanto a la jornada como al
propio calendario. En sentido inverso, la jornada comprimida
homogeneiza los tiempos de aprendizaje en detrimento de la
calidad del mismo.
Creemos
absolutamente nefasto para la educación de nuestros hijos
que la jornada sea solamente de mañana, terminando las
clases a las 14h, sobretodo para los más pequeños de
infantil y primaria, pero también para el primer ciclo de
secundaria.
Otro factor esencial es, sin duda, el relacionado con
la vertiente familiar
y social, de la escuela. Resulta, en este sentido,
contradictorio que la tendencia hacia la jornada comprimida
coincida en un periodo histórico caracterizado por la
masiva incorporación de la mujer al mercado laboral, la
aparición, cada vez más frecuente, de familias
monoparentales y en definitiva, de nuevos tipos de
organización familiar que disponen, como elemento común,
de menos tiempo libre y por tanto de menos capacidad para
atender a sus hijos. Desde FAPAR, hemos defendido siempre el
concepto de Escuela Pública, no sólo como un centro
docente dedicado a la enseñanza, sino como un servicio público
esencial, garante de la igualdad de todos los ciudadanos.
Por ello, creemos que la escuela debe colaborar en este
sentido con las familias en la atención de los alumnos
ampliando la oferta educativa más allá de materias
propiamente académicas.
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