|
|
|
|
Algunos
colegios cuentan con aulas matinales
antes de que empiecen las clases
|
|
|
|
|
Que
los centros escolares de la red pública abran sus
puertas fuera del horario lectivo y en vacaciones
para que los alumnos realicen actividades
extraescolares educativas en ellos atendidos por
profesionales es una de las demandas en las que más
han insistido distintas asociaciones de padres de
toda España y sindicatos en los últimos años.
La
apertura de los colegios e institutos fuera del
horario escolar se hace imprescindible, según los
expertos, por una mera cuestión de conciliación
entre la vida familiar y laboral de los padres: no
hay duda que para los progenitores es un aliciente
saber que cuentan con profesionales (aparte de los
docentes del centro) y un lugar adecuado donde dejar
sus hijos para que realicen actividades mientras
ellos no pueden atenderlos. Y en los tiempos que
corren esto es cada vez más frecuente.
Pero
el abrir los centros educativos más horas tiene
numerosas implicaciones que conviene tener en
cuenta. La primera pregunta que habría que hacerse
sería: ¿abrirlos para qué? Hay una coincidencia
bastante generalizada de los profesionales en que
los centros no deberían convertirse en "aparcaniños",
para lo que deben ofrecer actividades educativas. La
presidenta de la confederación laica de padres de
alumnos Ceapa, Maite
Pina, lo explica: "Si hablamos de
un centro escolar, entendemos que todas las
actividades han de ser educativas, y para eso
alguien debe controlar esas actividades".
El
secretario general de la Federación de Enseñanza
de CC OO, Fernando Lezcano, también considera que
"la función de los centros de dar un servicio
mayor a las familias debe tener un horizonte
educativo: mayor sociabilización y mayor garantía
de que sus hijos estén atendidos".
El
catedrático de Psicología Evolutiva y de la
Educación y ex secretario de Estado de Educación
en los gobiernos socialistas, Álvaro Marchesi, va más
allá: "Las actividades extraescolares deberían
permitir que los alumnos dedicaran un tiempo a
estudiar. Sobre todo aquellos que no puedan hacerlo
en casa. El centro debería disponer de un aula y de
un profesional del ámbito humanístico y otro del
ámbito científico para ayudar a los estudiantes a
hacer los deberes o a resolver sus dudas mientras
estudian".
El
proyecto de abrir los centros para actividades
vespertinas se remonta al año 1994. El equipo
socialista del Ministerio de Educación presentó
entonces 77 medidas educativas, entre las que se
encontraba la de abrir los centros por la tarde. A
partir de entonces se han puesto en marcha
diferentes iniciativas en comunidades autónomas
como Andalucía, Extremadura o Madrid. Sin embargo,
en general, los proyectos de este tipo no están
generalizados y, sobre todo, han contado en muchos
casos con escasos recursos por parte de la
Administración para llevarse a cabo.
A
parte de los programas que tienen las comunidades
autónomas, en la mayoría de centros públicos son
las asociaciones de padres de alumnos (Apas) las que
se encargan de programar actividades extraescolares
desde que termina el horario escolar hasta que las
familias pueden recoger a sus hijos, explica Maite
Pina.
En
Andalucía, la Junta puso en marcha el curso pasado
un Plan de Apertura, que consiste en que los centros
escolares pueden ofrecer a sus alumnos aulas
matinales antes de que se empiecen las clases (desde
las 7.30 horas), comedor y actividades
extraescolares hasta las 20 horas. El programa
funciona ya en el 25% de los centros escolares públicos
de esta comunidad autónoma.
Uno
de esos centros es el colegio de infantil y primaria
Benyamina, en Torremolinos (Málaga), donde 70 niños
de entre 3 y 12 años llegan cada mañana a partir
de las 7.30 al colegio. "La mayoría de los
padres trabajan y se ven obligados a dejar en el
centro a sus hijos antes de que las clases
comiencen", explica el director del centro,
Joaquín Escalona. Los chicos desayunan alllí y,
vigilados por cuatro monitores, practican informática,
repasan sus tareas o participan en algún juego
hasta que empiezan las clases a las 9.30 horas. Este
colegio también ofrece comedor escolar, una vez que
terminan las clases a las 14.30 horas y actividades
extraescolares como baloncesto, fútbol, inglés,
pintura o teatro hasta las 18.30 horas.
Escalona
señala que gracias a este programa "el colegio
se ha convertido en algo más: las familias pueden
llevar a sus hijos a un colegio público porque
saben que en estos centros van a estar atendidos por
profesionales fuera del horario escolar, cuando
ellos no puedan atenderlos".
Tradicionalmente,
han sido los centros privados y concertados los que
más se han inclinado por ofrecer actividades
extraescolares por la tarde. Este hecho ha
contribuido a que muchas familias prefirieran
matricular a sus hijos en estos centros.
Otro
ejemplo es Extremadura, donde los centros tienen
jornada continua. El 97% organiza actividades
extraescolares de 16 horas a 18 horas, gracias a un
programa de la Junta, que es la que contratra a los
monitores para que desarrollen las actividades.
También
506 colegios públicos de educación infantil y
primaria de la Comunidad de Madrid (es decir, el 70%
del total de la región) ofrecen este curso un
servicio de acogida temprana bautizado Los
primeros del cole. Aparte, 844 centros
imparten actividades extraescolares y 249 colegios
abren sus puertas en días no lectivos o en
vacaciones escolares. En esta última iniciativa, la
Comunidad de Madrid establece convenios con los
ayuntamientos que lo deseen para la apertura de
centros en periodo de vacaciones (excepto agosto) y
fines de semana. La comunidad y el ayuntamiento
respectivo sufragan a partes iguales los gastos.
Hasta
aquí, las experiencias. Quedan todavía algunas
dudas por resolver de cómo sería llevarlo a cabo a
nivel nacional. ¿Quién debería sufragar estos
gastos? Y, sobre todo, ¿cómo deberían gestionarse
estas actividades? En este sentido, los
profesionales coinciden en que lo más adecuado sería
que existiese una especie de consejo integrado por
el ayuntamiento, el centro escolar, alguien del
equipo directivo y las Apas.